martes, 31 de mayo de 2011

Isabel Preysler pillada sin maquillaje y sin gota de photoshop!



Así nos muestra en portada la revista "Sálvame" a la reina de corazones de la revista "Hola", recien lavá y recién peiná y viéndola... me he quedado patidifusa, porque no encuentro ningún parecido a la Isabel que sale en el "Hola" o en las fotos maravillosas de "Suarez", joyería que ella publicita año tras año en las revistas más chic de nuestra geografía ibérica.

Y la mujer para sus 60 años cumplidos en febrero está fenomenal, siempre que es comparada con cualquier señora de Martínez o de Sánchez que habitan nuestras comunidades y vecindarios, que usan crema Ponds y como mucho dispendio se dan algún homenaje semanal en el Marco Aldany en forma de mechas californianas para que les ilumine el rostro (recurso muy utilizado por multitud de estilistas para meterte unas mechas en el flequillo así como quien no quiere la cosa...). Pero si se la compara con la Isabel Preysler que hasta ahora todos conocíamos... ¡OHHH La La! Ahí cambia la cosa y mucho, sino... comparad las fotografías.



No quiero ser cruel... pero es que me siento estafada. Siempre soñé en tener un excelente envejecimiento como ella, llamadme inocente...pero nunca pensé que alguien se atreviera con tanto Photoshop y viendo el estado actual ya no me creo que haya pasado tantas veces por el quirófano ( si lo ha hecho... desde luego se podría haber ahorrado mucho, visto el resultado), y con lo que esta señora se ha gastado en cremas, viajes, spas y operaciones... creo que está envejeciendo peor de lo que todos creíamos.

No me siento engañada por Isabel , que ella al fin y al cabo nos ha querido vender siempre su mejor imagen y le alabo el gusto, porque ella lo ha hecho de manera impecable, estupenda, y siempre mostrándose exquisita, elegante y guapa, sino por el puñetero paparazzi que le ha pillado a traición que me acaba de derribar un mito a mí y unas cuantas almas cándidas. 
Las no tan cándidas seguro que han agotado el quiosco para depellejarla viva en compañía de las señoras Sánchez o Martínez de su edificio y otras en el Marco Aldany mientras les da la estilista el toque dorado california a su peinado.


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